Revisión en otoño

Parece que el verano ha llegado a su fin y, es común que durante estos meses hayamos escuchado hablar de la importancia de la revisión del vehículo, para prepararlo para las vacaciones. Pero, ¿Y en otoño? La campaña para hacer un chequeo al coche no debería ser únicamente para los meses de calor, ahora que el frío se acerca, hay que tener en cuenta que la revisión sigue siendo fundamental.

No debemos esperar a que algún elemento del vehículo deje de funcionar para acercarnos al taller; revisar el coche a tiempo puede ahorrarnos riesgos evitables en la carretera. Y más ahora, con el cambio de estación, el descenso de las temperaturas y las posibles lluvias, que son factores climáticos que pueden hacer que algunos componentes de nuestro transporte puedan sufrir problemas o deterioros.

Con el post de hoy, pretendemos incentivar a la visita al taller, para una puesta a punto o simplemente, para comprobar que todo funciona correctamente y ayudar a alargar la utilidad de los elementos, o del propio vehículo.

1. Sistema de alumbrado

En otoño, las jornadas se acortan por lo que, comienza a oscurecer antes y la visibilidad se reduce. Esta es la escusa perfecta para revisar el sistema de alumbrado, incluyendo la señalización del coche. Cabe recordar, que nos ayuda no solo a alumbrar la carretera sino, que avisa a los demás de nuestra situación e intenciones a la hora de circular. Por esto, se recomienda que la iluminación del vehículo se compruebe una vez al mes.

2. Escobillas limpiaparabrisas

Hemos empezado hablando de la visibilidad y de unas condiciones óptimas de esta, de la que también forman parte las escobillas del limpiaparabrisas. Es importante mantener los cristales limpios, recordemos que cuando conducimos, recibimos la mayoría de información a través de la visión, por tanto, el estado y funcionamiento de las escobillas será importante.

Es recomendable sustituirlas una vez al año, siempre en función del uso que se haga de ellas o cuando presenten signos que nos indiquen su mal estado (rastros de suciedad o más ruido de lo normal) y más, teniendo en cuenta el poco uso que se les puede dar en verano y que, por tanto, puede provocar que se resequen las gomas o pierdan elasticidad.

3. Líquidos

Después de unos meses de mucho calor, es común que los niveles de los líquidos del vehículo, se hayan visto afectados, por eso, es importante no pasar por alto su revisión y cuidado, es decir, rellenarlos. Por supuesto, hay que tener en cuenta todos los líquidos que procuran un correcto funcionamiento del coche: Lubricante, líquido de frenos, refrigerante y limpiaparabrisas.

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4. Aire acondicionado

Sí, aunque suene muy veraniego, el sistema A.A absorbe también la humedad y el vaho, algo muy necesario cuando se empañan los cristales y disminuye la visibilidad por las bajas temperaturas.

5. Batería

Tras los meses de calor, la batería queda debilitada y las bajas temperaturas que vienen en los meses posteriores, no ayudan tampoco a su rendimiento. Para evitar contratiempos, debemos revisar su estado y cambiarla con los primeros indicios de fallo, y es que la batería, suele ser la primera causa de avería en carretera.

6. Neumáticos

Las altas temperaturas del verano, pueden haber generado un desgaste en estos elementos provocando, por tanto, que la adherencia al asfalto cuando el tiempo ya es más frío y húmedo, se vea afectada.

Revisar los neumáticos es primordial para evitar efectos como el aquaplanning; Examinar su estado, presión y dibujo nos ayudará a disminuir la posibilidad de accidente y a aumentar la capacidad de frenada y consecuentemente, la seguridad y control del conductor. Recuerda que la altura del dibujo debe ser mayor de 1,6mm (Aunque se recomienda no bajar de los 2mm) y, no olvides que la rueda de repuesto también debe revisarse.

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7. Frenos y amortiguadores

Los dos elementos cierran el “Triángulo de seguridad” del vehículo, junto a los neumáticos. Un funcionamiento incorrecto en alguno de ellos, puede afectar al rendimiento de otro. El posible uso intensivo del verano, puede que haya ocasionado un desgaste y por tanto, pone en riesgo la seguridad.

Para los frenos, debemos observar si presenta síntomas como vibraciones al frenar, ruido, pedal que se hunde o está duro o inclusive, que ha perdido capacidad de frenado (Recorrerá más distancia hasta detener el vehículo por completo).

En los amortiguadores, notaremos que el coche no acaba de adaptarse bien a la carretera, provocando incluso que los neumáticos no contacten bien con el asfalto y sufran un desgaste prematuro. Importante tener en cuenta, en el caso de estos, que deben revisarse cada 20.000 Km, no solo cuando notamos alteraciones.

A grandes rasgos, estos son los elementos más comunes a tener en cuenta para hacer un chequeo, aunque, por supuesto, siempre hay más aspectos a tener en cuenta a la hora de valorar el estado óptimo del vehículo.

Para eso, recomendamos siempre una visita al taller de confianza, allí no solo nos revisarán de manera profesional el coche si no que, nos asesorarán en cuanto a reparaciones y recambios. El ojo de un experto siempre nos garantizará emprender el próximo trayecto de forma segura por lo que, os recomendamos que no esperéis a sentir que algo no está bien.

 

¿No tenéis un taller de confianza? ¿Buscas uno adecuado a tus necesidades? A través de nuestro localizador en la web, podréis encontrar al que más se ajuste a vosotros y vuestro vehículo.

El cambio de estación está próximo, garantiza tu seguridad antes de la llegada del frío y las lluvias.

¡Tu taller Expert estará encantado de ayudarte!

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